70% of Pure happiness

Son las 3 de la madrugada por este lado, al parecer dormí mucho esta mañana.

Finalmente puedo compartir mi pasadía en el Cibao específicamente en San Francisco de Macorís Provincia Duarte ( My Home Town) donde hicimos (unos amigos y yo) el recorrido por el Sendero del Cacao. Si, es increíble que esté siendo el lugar donde me crie no halla ido antes y que literalmente le pase por el lado cientos de veces, ya que mi abuelo vive casi frente al Sendero , pero les explico que el Sendero no podía ser muy atractivo en mi alrededor, todos los integrantes de nuestra familia nacimos entre cacaotales, y succionando la pulpa de este delicioso fruto  y por supuesto bebiendo chocolate caliente criollo, ( bola de chocolate Artesanal).

 La verdad es que no supe de la existencia del Sendero hasta llegar aquí a la ciudad capital, solo sabia que por esos lados se cultivaba Cacao Orgánico ( lo que activo mis curiosidades respecto a lo orgánico),  dure unos años queriendo ir pero nunca tomaba la decisión, por fin llego el día y la pase de maravilla, una de las frases que mas me gusta es “ no soy adicta al chocolate, el chocolate es adicto a mi” para explicarles lo freaking crazy que soy con el chocolate en barra  y no con cualquier barra, me he vuelto una catadora de barras de chocolate 70%, de verdad gente dejen de comer barras de Snickers atrévanse a deleitarse con esta experiencia, de lo que es realmente una barra de chocolate pura y autentica, (ay! Que equivocada estaba teniendo como favorita hace unos años una barra súper azucarada), las barras que he probado han sido, Kahkow, Chocal, GODIVA, Cacao Prieto (todas orgánicasentre otras delicias, resultando ser mi favorita la del Chocal, porqué? pues está es la más artesanal de todas, con su sabor orgullosamente puro, esos toques especiales que le dan las damas del Chocal hacen que despierte fuegos artificiales en mi lengua.

En fin el recorrido nos encanto a todos, quedamos con autenticas ganas de repetir, nos recibieron con un chocolate caliente hecho con la famosa bola, el lugar es hermoso y muy acogedor, hasta quede con ganas de trabajar allí, nos enseñaron como plantar un árbol de cacao y como protegerlos de los predadores y enfermedades; luego los rituales, el natural y el industrializado de hacer el delicioso chocolate, y claro nos detuvimos en la tienda donde me salí con la mía comprando la milagrosa manteca de cacao y una bola de chocolate, nos despedimos con un riquísimo almuerzo.


Está finca le suple cacao a grandes chocolaterías del mundo desde las mas populares hasta las mas exclusivas.

Espero y disfruten de las fotos.








                                            













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